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Ceremonia para despertar el Tambor

Actualizado: 6 abr 2021

Primero quiero definir el significado de la palabra ceremonia en este contexto. Para mí es un acto de respeto, de silencio, de escucha, entregándose el tiempo y el espacio para sentir, para honrar y dar continuidad a un conocimiento antiguo, en este caso ancestral, que entrega conexión con "el origen". Es una toma de Conciencia.


La ceremonia se inicia en el momento en el que que la persona que va a ser custodio siente un fuerte llamado de portar un Tambor Sagrado. En ese instante sé que La Existencia hará por conectarla con el artesano adecuado para ella. La conectará conmigo si así tiene que ser.

En el instante en el que se comunica conmigo y toma la decisión de seguir adelante, porque nuestras energías se han entendido, comienza todo un proceso mágico y ceremonial en el que desde mi corazón e intuición escucho "la necesidad" y "propósito" de entrar en contacto con este instrumento y con la energía que porta dicha persona. Desde la escucha se crea un tambor en el que representar la vibración de esa persona y mi apoyo para gestar dicho instrumento sagrado.


Una vez elegidas la piel, la madera y el motivo a pintar en consenso para que éstas sirvan de apoyo a la persona, comienzo sahumando y agradeciendo el

aro antes de empezar con todo el proceso, para honrar la vida del árbol que sacrificó su vida. También lo hago con el animal que lo hizo entregándonos su piel, para que esas energías sean dadoras de medicina. (medicina es todo aquello que mejora tu relación con la existencia).


Entonces comienza el proceso de trabajo con los materiales. Creo un diseño geométrico perfecto circular en forma de flor con 16 pétalos que representan los 16 espíritus sagrados de la tradición nativo americana Lakota. (*1 ver al pie de página si te interesa esta información.) Cuando estos dieciséis puntos se entrelazan en el tensado forman una estrella de ocho puntas representando a los planetas y al universo. Después se tejerán uniéndolos de cuatro en cuatro para formar una cruz central que simbolizará las cuatro direcciones o puntos cardinales, este, sur, oeste y norte.

 

...en tiempos antiguos cuando éramos un pueblo fuerte y feliz, todo poder venía a nosotros del sagrado aro de la nación, y siempre y cuando el aro  no se rompiese, la gente florecía. El Árbol Floreciente era el centro vivo del aro, y el círculo de las cuatro direcciones lo nutría. El Este daba paz y luz, el Sur daba calor, el Oeste entregaba lluvia, y el Norte, con su viento frío y poderoso daba fuerza y resistencia...Black Elk



Una vez recortada a mano con ese diseño la piel y otro parche entero con una tira de muchos metros que la consigo al recortar dicha piel en espiral (antiguamente se tensaba con tendones), ésta debe entrar en contacto con agua, sumergiéndola para hidratarla y más tarde entrar en el proceso de montaje del Tambor.


Desde que la piel se sumerge en el agua y durante todo el proceso de tensado y pintura del diseño, estoy enfocada y sintiendo a la persona que lo custodiará, para crear un vínculo entre ella/yo y su futura herramienta sagrada.

Para mí elaborar un tambor es como gestar una vida, que una vez finalizado el proceso habrá que despertar.


Cuando el Tambor esté terminado, debemos darle la bienvenida y despertarlo, tocándolo por primera vez, enfocándonos de nuevo en las intenciones y propósitos del custodio.

Se hace en La Naturaleza, donde hago una oración y una ofrenda de tabaco al cielo, a la tierra y a las cuatro direcciones. 


Doy las gracias a los antepasados que fueron custodios de este conocimiento y "hoy" soy yo la que continúa con esta misión ancestral y de medicina. Agradezco al espíritu de los animales y al árbol que hicieron posible este tambor, al igual que la baqueta.


Agradezco al universo por ser portadora y custodia de este conocimiento y por poder entregar mis dones en él. En ese momento comienzo a golpear el Tambor y lo presento a las cuatro direcciones, al cielo y la tierra con un canto de gratitud saludando a los ancestros y a la Naturaleza/Universo.


Ahí estoy invocando a todas esas fuerzas para que el Espíritu del Tambor "Despierte" su propia esencia, su propio poder, sus guías y maestros, su propia y particular medicina.


Honro y pido al Tambor que su uso sea para despertar y como vehículo o nexo de paz y belleza, de sanación y conciencia en el mundo.


Las ondas sonoras y las vibraciones que emite el tambor se expanden por el Universo creando vida como el latido de un corazón en resonancia perfecta. En ese momento en que se crea una relación del Tambor con la Existencia, también se está produciendo un fuerte vínculo con la persona que lo va a portar. Éste es un proceso iniciático en el que algo cambiará en tu interior para siempre y renacerás con una nueva conexión con la Naturaleza, contigo mismo y con tu capacidad para percibir y entrar en contacto con lo sutil. Entrarás en un "camino" o proceso donde te adentrarás a reconocer tu divinidad y tu sabiduría interior. El guerrero espiritual con el uso del tambor recordará cómo caminar sin miedo por la vida. 


A partir de ahí, el Tambor es entregado a su custodio y en cierto modo le paso o cedo la responsabilidad de cuidar y transmitir este mensaje a Su Vida, a la de Todas sus Relaciones, al Universo y a La Existencia.

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*1.- wí: el sol, portador de luz, calor, vida y renacimiento, el que nos aporta valor y generosidad, ilumina nuestra vida. skaŋ: el movimiento, es la fuerza y energía que nos mueve. makȟá: la tierra, la madre que nos nutre. íŋyaŋ: la piedra, la naturaleza eterna del creador, las más anciana. haŋwí: la luna, representa los ciclos de la vida, lo sobrenatural de las mujeres. tȟaté: el viento, controla las estaciones y vigila el sendero que conduce al mundo de los espíritus, padre de los cuatro vientos. uŋkʼ: el conflicto, el padre de los desconocido. wakíŋyaŋ: el ave del trueno, señor de las tormentas, es el espíritu que crea la energía eléctrica. tataŋka: el búfalo, hermano del indio, el que da la salud, el alimento y la vida. matȟób : el oso, nos trae la medicina de las hierbas, el amor y la valentía. waŋi: las cuatro direcciones, controlador del tiempo, mensajero de lo sagrado. yumŋi wí: la diosa del mar, restauradora del equilibrio, amor, del juego, energía femenina. ŋiyá: el espíritu, aliento vital, esencia de la persona, la respiración. naǧí: vive y habita en los seres humanos, los animales, las piedras, los árboles y los ríos. sichum: la inteligencia, espíritu guardián, poder innato que habita en cada hombre y en cada mujer. yummi: el remolino, lo inmaterial, el huérfano que nunca ha nacido, el remolino de aire, el travieso mensajero de lo sobrenatural que dará forma al parche del Tambor.)


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